En Colombia estamos viviendo una época de
reconciliación. En el año 2017 algo que parecía imposible de sentir, lo
sentimos. La reconciliación que hubo en una gran mayoría del país por querer
que Colombia tomará un camino diferente, y que mejorará todas las acciones
pertinentes en lo que difiere estar en un país con una tranquilidad absoluta.
La Economía Solidaria dentro de
estos avances del país, cumple una gran relevancia, y esto se debe a su forma y
característica en que se define y ejecuta sus acciones.
Luego del conflicto, todos querrán entender
que será de esas personas que fueron actores de la violencia, o a su vez, las
victimas de ellos, y es que es difícil entenderlo, y hasta cuestionarlo para
criticarlo, pero, el sector económico solidario es alternativo ante tanta
incertidumbre en que en su mayoría de personas racionaliza.
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La Economía
Solidaria es y será transcendental en esta etapa. Su forma asociativa, cooperativa,
equitativa y solidaria, a más no decir, enaltece en una gran forma el
desarrollo socioeconómico de estas personas, de una mejor manera.
Llevándolo a un punto más profundo y clave de
un sector económico, bien importante, y que, a su vez, no lo aprovechamos de
una manera eficaz; el sector agropecuario, donde en un altísimo
porcentaje de allí provienen todos los actores victimas y victimarios del
conflicto, por ser de zonas rurales. Vemos que, en cifras, según dato dado por
la Revista Dinero el año pasado difería que en nuestro país si bien tiene
grandísimos recursos en el campo para de manera potencial aprovecharlo, solo
estaba en un 30% de su uso de forma.
Para el año pasado el sector agro fue un
punto clave para repuntar en el Producto Interno Bruto de nuestro país, en el
que creció este por el per cápita. Tuvo un alza muy grande, esto a como de
lugar tuvo que ver mucho con el postconflicto. Hubo nuevas exportaciones hacía
todo el mundo y mejoró la economía de muchos campesinos.
Retomando la temática fija, vemos que la
derivación de la aplicabilidad y ejecución de este sector económico haciendo
una adhesión enérgica a la Economía Solidaria, en medio de este sector (agropecuario), y con
un gran apoyo del Gobierno Nacional de emprender precios justos para todo el
país y nuevas exportaciones hacía todo el mundo, contribuirá a tener mucha más
participación de nuestra sociedad y de los actores más épicos de esto: los
actores del postconflicto. La asociatividad tendrá una mayor relevancia, se
entenderá como una forma de tener la sustentabilidad para los deseos y pasiones
en gustos tradicionales, a como de lugar, siendo y tomando un camino tan
diferente al de la época en décadas anteriores.
El Gobierno debe ser el que gue todo esto.
La educación económica y de nuevos conocimientos en el área administrativa y
contable, donde equipará nuevas estrategias que busquen empeñadamente objetivos
trazados de manera asociativo entre todos los que estén haciendo parte de ello.
Es trascendental esto, pues, el arma más poderosa de todas no será nada que
tenga que ver con emprender guerras ni nada de eso, todo lo contrario, la arma
más poderosa y capaz de sobrepasar todo esto, buscando simultáneamente mejorar
las debilidades en que se nos presenta el día a día, será totalmente la Educación.
En otra parte, podremos decir que todo esto,
en relación con la adhesión entre la Economía
Solidaria y el Postconflicto, tendrá un éxito total en gran parte por los
hechos que demuestre el gobierno nacional en su ejemplización. La lucha contra
la desigualdad social debe ser prioritaria… no un hecho de hacer política. El
gobierno nacional debe hacer el lineamiento de los flujos de procesos de manera
estratégicos y a como de lugar: ser ejecutados de forma justa y según lo
planificado, pues, aquí la corrupción no da tregua… si nos damos cuenta, y nos
preguntamos, del porqué ha sucedido todo esto, la respuesta es una sola:
centralización y corrupción… jáá´, que coincidencia… las dos terminan en “ión”
(…) Entonces el punto clave será la de
hacer que el gasto público sea organizado y aplicado de forma eficaz, que de
una serie de resultados muy buenos para el bien de nuestra sociedad, y más en
estos actores como las víctimas y victimarios del conflicto.
Con base a esto, se puede decir qué, Colombia
siendo un país con una economía solidaria implantada de forma radical en las
zonas rurales, con una política económica que sea fundamentada desde la
perspectiva social y educacional, será capaz de transformarse progresivamente
de gran forma durante estos años, donde el PIB per cápita será mayoritario,
contribuirá a su vez a la movilidad social y concentrará más personas en la
clase media de nuestro país, que debiese ser el objetivo económico de las
políticas que se planifiquen.
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